SU INFLUENCIA EN EL MUNDO
Las obras de Don Bosco fueron conocidas en numerosos países. La situación de inestabilidad política en el Piamonte ocasionó que numerosas familias de esa región emigraran a Latinoamérica. De la misma manera, el prestigio de Don Bosco le ganó la simpatía de admirables personajes como el Papa Pío IX que lo llamaba "el tesoro de Italia", cardenales, obispos, nobles e incluso los nacionalistas y anticlericales como Ratazzi que dijo en 1867 "para mí Don Bosco es quizá el más grande milagro de nuestro siglo", el Papa León XIII dijo "Don Bosco es un santo" a los salesianos, todos ellos que contribuirían a hacer conocer el nombre y la obra del sacerdote turinés.
Don Bosco dominaba además de su lengua natal, el piamontés, otros idiomas como el italiano, español, francés e inglés, además de las lenguas clásicas griego y latín.
El 11 de noviembre de 1875 Don Bosco envió la primera expedición allende los mares al Nuevo Mundo. Se trataba de Argentina y pensaba en la Patagonia a donde envió a Juan Cagliero como encargado de la expedición y quien llegaría a ser el primer obispo salesiano. Desde Argentina los salesianos llegarían con sus Oratorios a las demás naciones latinoamericanas. En 1876 llegan a Uruguay bajo la dirección de Mons. Luis Lasagna, llamado el obispo misionero, pues desde allí extendió la obra salesiana a Paraguay y Brasil. En vida, Don Bosco envió salesianos a los siguientes países: Argentina en 1875, Uruguay en 1876, Brasil en 1882; Chile en 1886 y Ecuador en 1888.
DON BOSCO CON LOS JÓVENES
El 8 de diciembre de 1841 Don Bosco se encuentra con un joven, Bartolomé Garelli, que va a ser el primero en frecuentar las reuniones dominicales con el cura de Turín. En esta clave surgen los dos primeros contratos laborales firmados con jóvenes. Ambos llevan la firma del patrono, del aprendiz y de Don Bosco. El patrono se compromete a enseñar durante tres años el oficio, a corregir al aprendiz con palabras y no con golpes, a dejarle libre los días festivos y a darle quince días de vacaciones. El joven promete trabajar con diligencia. Y Don Bosco ofrece asistencia y garantía para el buen éxito de la conducta del muchacho. En 1853 Don Bosco comienza a reunir algunos grupos de jóvenes a los que ofrece aprender un oficio. Abre unos pequeños talleres de zapatería y sastrería.maestro es él mismo. En pocos años puede comenzar otros talleres: encuadernación, carpintería... hasta llegar a poder estudiar los cursos normales en la propia casa de Don Bosco, y le hacen conocer también que algunos no tienen casa o carecen de condiciones para vivir en ella. Y Don Bosco hace que sus pequeños centros de diversión, religión y formación sean verdaderas casas de jóvenes.
Para Don Bosco, este modo de educar se convierte en verdadero camino de santidad. “Don Bosco realiza su santidad personal en la educación, vivida con celo y corazón apostólico, y simultáneamente sabe proponerla como meta concreta de su pedagogía. Tal intercambio entre educación y santidad es un aspecto característico de su figura: es educador santo, se inspira en un modelo santo, Francisco de Sales, es discípulo de un maestro santo, José Cafasso, y entre sus jóvenes sabe formar un alumno santo: Domingo Savio” (Juan Pablo II, Juvenum patris 5).
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Aquí dejo una breve biografía:
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